domingo, 28 de octubre de 2007

Isabel y los pañales: cero a seis semanas

Los pañales son uno de tantos elementos desconocidos para los padres primerizos. ¿Cómo lidiar con ellos?

Se impone no comprar en grandes cantidades. Las razones son de sentido común, que debe reparar en los siguientes hechos.

1. Hay un nuevo ser que nunca ha usado un pañal. ¿Cómo saber cual le gustará más?

2. Hay unos viejos seres que probablemente nunca le han puesto un pañal a alguien. ¿Cómo saber cual les gustará más?

Siguiendo la filosofía que se aplica al uso de las máscaras de oxígeno en los aviones, comentaré a partir del punto dos.

Cambiar pañales es una de mis tareas. Es mi momento con Isabel. Es simple, si la madre da teta, yo limpio. Así todos establecemos vínculos. Lamentablemente mi permiso postnatal sólo duró dos semanas. Así que sólo tengo derecho a unos pocos cambios al día.

Cuando Isabel llegó a casa por primera vez, hice un cambio de pañal de prueba. Eran condiciones ideales. Isabel estaba tranquila y en realidad su pañal no necesitaba ser cambiado.

Fue todo un éxito. Recomiendo a tod@s l@s nuev@s que hagan simulacros de este tipo. Un poco más tarde ese mismo día, Isabel necesitó un cambio de verdad. En esa segunda ocasión habíamos esperado mucho y me costó un poco limpiarla. Obviamente comenzó a llorar, lo cual puso nerviosa a Roxana y provocó un regaño injusto para mí.

Menos mal que habíamos hecho el simulacro. No quisiera haber tenido que aprender cual es la parte de adelante del pañal con Isabel llorando y Roxana regañándome. Probablemente hubiese sido mi último cambio de pañal. Debut y despedida.

La destreza se adquiere rápidamente. O más bien, tu hij@ se acostumbrará a tu torpeza rápidamente ;-)

Aquí es donde comento, al principio utilizamos dos marcas de pañal. Al final nos decidimos en base al que nos daba más facilidad para ponerlo, era más estilizado y le ajustaba mejor. Además, por ser los primeros días hubo que considerar el asunto del ombligo. Valió la pena tomarse esas molestias.

En cuanto al asunto uno, un tipo de pañal particular podría haber sido molesto para Isabel. No fue el caso, pero había que considerarlo.

Hoy en día el ritual del cambio de pañal es así. Comienza con una señal auditiva, olfativa o visual. Sigue un lavado de las zonas que presentan problemas. Usamos un jabón estándar para recién nacido. Luego de secar bien, usamos vaselina y ponemos el pañal nuevo.

Así de simple. Debo decir algo sobre el uso de las toallitas húmedas. Están bien para cuando se está afuera, pero no recomiendo usarlas en casa. En nuestra opinión, contienen demasiados elementos aromáticos. Creemos que su uso constante puede dañar la piel del recién nacido, lo que terminaría obligándonos a usar cremas más y más raras y costosas. Prefiero gastar en pañales y jabón.

Hasta hoy, seis semanas luego de nacer, Isabel ha gastado 12 paquetes de pañales y medio (20 pañales cada uno). Un total de 250 pañales. Un promedio de 41,6 pañales a la semana o 5,95 (6) pañales diarios.

Como salimos mucho, también ha gastado dos paquetes de toallas húmedas. Les debo los tamaños, no me acuerdo.

Ya hemos comprado el primer paquete de pañales de la talla siguiente (pequeño). Una cosa que aprendí es que una forma de medir la talla de los pañales es por el peso del usuario. Evidentemente es una forma muy burda de hacerlo.

Isabel se acerca al peso límite, pero los pañales de recién nacido aún le quedan y, lo más importante, los de la talla siguiente le quedan muy grandes. Seguiremos comprando de uno en uno los paquetes de pañales talla recién nacido.

sábado, 27 de octubre de 2007

El consumismo e Isabel

Cuando Isabel crecía dentro de la barriga de su mamá, no tenía un blog para ella sola. Un blog como este. Nosotros, sus padres, dedicábamos mucho tiempo a pensar en ella, pero también en las siguientes cosas:

1. Cuáles cosas sería necesario adquirir para atender a Isabel a plenitud.

2. Cómo #%&$ íbamos a pagarlas.

Hoy en día puedo hacer algunos comentarios respecto a ambas.

El mundo de hoy se caracteriza por una fiebre de consumo que lo inunda todo. Esa es la gran característica de esta época. El consumismo es una conducta ya madura. Hoy en día conseguimos enormes catálogos de "gadgets" para lo que nos de la gana.

En esos días de desconocimiento y dudas conseguimos una lista digital con todo lo necesario para equipar la llegada del bebe. Aunque fuimos advertidos que la lista estaba un poco abultada, la sorpresa fue inevitable. La lista era una locura.

Como consumidores nos encontramos a merced de dos fuerzas que no siempre están balanceadas. Por un lado, la aparición constante de productos basados en nuevas ideas, tecnologías o aplicaciones, que definitivamente nos permiten acceder a una vida más confortable.

Por otro lado, está la presión sobre todo el sector comercial por vender lo más posible. Presión que se traslada a nosotros. Eso, el sector comercial, pone sobre nosotros la presión de comprar lo más posible.

La técnica de eso es simple. Crear las necesidades que no tenemos y vender en "combo". No tengo una solución para protegernos de las compras absolutamente innecesarias. Sólo que conviene establecer claramente las necesidades y salir, con mucha paciencia, a buscar los productos.

Aun así, hoy en día me paseo por la casa y tropiezo con cosas que hemos usado una vez, o ninguna. Y eso que he seguido el consejo de Ana Daniela, no llenarse de corotos que ocupen mucho espacio después.

domingo, 21 de octubre de 2007

Rutina alimenticia de un día: semana uno

Luego de una semana de la vida de Isabel, aproximadamente un mes atrás, decidimos llevar el control de las actividades básicas desarrolladas por ella. Comer y excretar.

Como no podemos saber cuanto come Isabel, la técnica de contar y pesar los pañales nos permite constatar que lo está haciendo en cantidad suficiente. Unos pañales pesados indican que algo está pasando por su sistema digestivo. Ésto último fue una observación de alexandroxida.

El registro de frecuencia y duración de tomas nos permitiría tener conciencia de la evolución de los hábitos alimenticios de Isabel. Decidimos hacerlo porque los primeros días son tan exigentes como fáciles de olvidar. Publico estos datos hoy, cuando nos disponemos a repetir la rutina de medidas. Ha transcurrido un mes. Creo que los resultados serán comparativamente sorprendentes.

Comenzamos a llevar el registro a las cinco de la mañana. Lo extendimos por veinticuatro horas. Esto fue lo que encontramos.

Comidas (hora y duración en minutos).

05:00 - 30
08:20 - 10
08:40 - 30
10:15 - 15
10:35 - 15
12:40 - 10
13:30 - 10
14:00 - 20
15:40 - 10
17:35 - 05
19:30 - 10
19:50 - 10
20:30 - 60
21:35 - 20
23:15 - 05

Pañal (hora y peso en gramos).

05:30 - 115
08:30 - 60
10:10 - 60
12:50 - 130
18:00 - 60
20:15 - 60
22:00 - 70

viernes, 12 de octubre de 2007

Lactancia materna: semanas tres y cuatro

No hay muchos cambios con respecto a las primeras dos semanas. Isabel se acerca al mes de vida y Roxana le surte de alimento con bastante frecuencia.

Sólo comentaré un par de aventuras.

1. El día 4 de octubre fue de vacunas. Tuberculosis, Hepatitis B y Polio. No fue muy traumático para Isabel. Yo esperaba fiebres y berrinches. Pero nada, no pasó nada.

Teoría de Antonieta (leche y miel): Los niños amamantados no sufren con las vacunas.

2. El día miércoles diez de octubre regresé a casa más temprano para ayudar a Roxana. Le dolía la cabeza y no podía atender a Isabel ella sola. Cuando llegué las conseguí acostadas. Roxana estaba muy roja. Le sugerí un calmante y almorcé.

Como Isabel y Roxana dormían, me senté a trabajar. Comencé a sentirme mal. Me dolía la cabeza (?). Fui al baño. Estaba flojito.

Realicé una investigación. Roxana estaba flojita también. Mi mamá estaba en la casa y también se había sentido mal. Habíamos comido un atún en mal estado.

Fue preparado el martes y era suficiente para dos días. Roxana había comido el pescado tóxico dos veces. Se había sentido mal los dos días, pero no se dio cuenta de la causa. Mi mamá y yo sólo nos intoxicamos una vez.

A Isabel no le pasó nada. Su manchado de pañales no cambió y su comportamiento tampoco. La leche de Roxana estuvo libre de toxinas aún cuando ella llegó a sentirse bastante mal por unas horas, dos veces.

Entonces ya saben que Roxana come pescado aun cuando está amamantando a Isabel. Pero no sólo pescado. Roxana toma leche, café, jugo de naranja, come chocolate, caraotas y hamburguesas de la calle del hambre en La Trinidad.

Si a algun@ de mis lector@s le parece que me estoy volviendo un fanático y que este asunto de la lactancia humana y sus beneficios es una especie de religión, tengo que darle la razón en ambas. No se preocupen, ésta es una religión amplia y con pocos requisitos ;-)

La cama familiar, primera parte

Isabel duerme con nosotros.

Sí, duerme en nuestra cama.

Antes que nada, el hecho de que Isabel duerma con nosotros no obedece a que no pudiera dormir en su moisés. Eso en realidad no lo sé. No sé si ella podría dormir fuera de la cama.

Al llegar Isabel yo, su padre, libré una pequeña y exitosa batalla para que su lugar de dormir por un periodo no mayor de tres meses sea nuestra cama. Mis razones han sido de naturalidad y practicidad.

Naturalidad: Isabel dentro, Isabel fuera.

Isabel ha vivido durante 9 meses en el interior de su madre. Ha sentido la cercanía de otro ser vivo de una forma muy intensa y sobretodo un gran confort. Luego del parto ha llegado a un mundo donde la temperatura, la luz, su apetito y las condiciones de un tejido sintético que le hemos acercado al cuerpo, cambian constantemente y de forma dramática.

Necesita tiempo para adaptarse a ello, para entenderlo (?). El proceso de adaptación debe ser gradual. En el programa planeado, Isabel pasará de flotar en un líquido protector a treinta y pico de grados a un segundo estado en el que tiene muy cerca a por lo menos uno de nosotros durante el mayor tiempo posible.

Finalmente se irá separando para descubrir el mundo que la rodea de una forma más intelectual. Es decir, agarrando cosas, durmiendo sola, gateando, caminado, hablando, rayando las paredes :-( y un largo etc. Todo eso vendrá. No es poco. Ella sólo dormirá con nosotros hasta los tres meses. Creo que la extrañaremos.

Practicidad: Isabel come, nosotros dormimos.

Como ya hemos escrito aquí, Isabel está trabajando junto a Roxana para llevar al máximo la producción de leche. Toma muy seguido y durante períodos de tiempo largos. Cuando Isabel llora en la noche, nadie se levanta. Roxana le acerca la teta que le toca y ya.

Siempre que puedo, le recuerdo a Roxana que se ponga cómoda, que no olvide acomodar algunas almohadas tácticas. Luego se va quedando dormida junto a una Isabel insaciable y un yo, que luego de acomodar alguna manta o almohada, ya estoy dormido hace rato. Muchas veces ni siquiera me despierto. Muchas veces Roxana no sabe con seguridad cuanto tiempo Isabel estuvo comiendo.

Como he dicho, yo casi nunca me despierto y Roxana no me levanta. Así que ella se levanta, en promedio una vez por noche, a cambiar un pañal nocturno.

Creo que de este modo descansamos mejor de lo que lo haríamos si Isabel durmiera fuera de la cama.

Más adelante les contaré la aventura de Isabel en el tránsito hacía su cuna.