domingo, 20 de enero de 2008

Agarrados al 2008


Desde la época en que Isabel cumplía los tres meses, ha comenzado a agarrar las cosas. Es una habilidad que esperábamos con atención y motivábamos lo más posible. ¿Cómo? Poniendo dedos y objetos pequeños en sus manos, por supuesto.

En aquellos días ocurrió. Roxana estaba de consulta médica y yo con Isabel. Como lo de la madre sería rápido y por comodidad, nos quedamos en el carro. Yo leía e Isabel observaba una jirafa de tela que tenemos allí.

Como en realidad yo no leía, sino que la observaba a ella, lo vi. La jirafa tiene unas argollas de colores en las patas, que llaman la atención por el sonido que hacen al chocar entre ellas. Entonces, ¡zas! El manotazo directo a la argolla, tomándola con precisión y suerte.

Ahí la tuvo un rato. La tomó y no la soltó. ¿Por qué? Porque se la quería comer, claro está.

Roxana tardó más de lo esperado y consiguió a padre e hija llorando en el carro. Es que a Isabel le dio hambre.

De los objetos fijos y pequeños Isabel ha pasado a objetos más grandes y más difíciles técnicamente. Como son los que cuelgan del gimnasio para bebés. Los mordedores aún le cuestan. Sólo he visto que los toma, si están en su pecho.

Isabel tiene una silla de la que hablaré pronto. En la silla tiene un móvil con una maquinita musical y dos insecticos de tela. Ayer descubrí que hala con precisión la cuerda de la maquinita y la hace sonar. También arranca los insectos y (por supuesto) los muerde.

Agarrar, agarrar y agarrar. Ese ha sido uno de los temas del tercer mes.




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