sábado, 22 de septiembre de 2007

Lactancia materna: Semana uno

Es domingo, 10:15 pm. Isabel acaba de cumplir seis días de nacida. Me parece que es un buen momento para hacer una revisión de lo que ha sido esta primera semana de vida.

Últimamente a donde quiera que voy, escucho maravillas sobre la lactancia materna y sus bondades. Sin embargo, sospecho que no es posible que las enfermeras del retén de una maternidad dejen de dar teteros de una solución glucosada a los recién nacidos. No importa si los padres estos niños se lo piden de forma explícita. Estos teteros tienen dos propiedades muy deseables:

1. Mantiene (vivos) a los recién nacidos

2. y silenciosos, para que las personas del retén no tengan que soportar sus lloros todo el tiempo.

Dada esta situación, insistimos en tener a Isabel en la habitación de la clínica cuanto antes y que se quedara con nosotros el mayor tiempo posible. Con esto Roxana tuvo la oportunidad de dar pecho a la pequeña desde muy poco tiempo de nacida y pudimos evitar algunas tomas de tetero glucosado.

Contra la recomendación de amigos y gineco-obstetra, la niña se quedó con nosotros también durante la segunda noche de clínica. Fue una experiencia interesante. Sabíamos que sería difícil. Sería como el primer día en casa. Pero tendríamos una ventaja. De tener una situación incontrolable con Isabel, podíamos llamar al retén para que se la llevaran y lo "resolvieran".

La niña lloró bastante. Vinieron las preguntas: Hambre? Gases?

Sabiendo que no llamaríamos al reten y luego de llegar al borde de nuestros nervios resultó ser un gas. Lo habíamos logrado. Dormimos el resto de la noche con una gran satisfacción.

El día de regreso a casa (miércoles) transcurrió sin problemas hasta la noche. Entonces la niña lloró realmente mucho. Siempre defenderé la siguiente teoría para explicar la situación, es más fácil chupar un tetero glucosado que la teta de una madre primeriza.

Aunque sentí algo parecido a la desesperación aquella noche, siempre tuve seguridad de dos cosas:

1. Isabel entendería que lo del tetero quedó atrás y que tendría que esforzarse más por su alimento.

2. El proceso de chupar en la teta de su mamá estimularía la producción de más leche materna. Al cabo de un tiempo (?) ésta sería mucho más abundante, al punto de gotear de los pezones de Roxana.

Tuvimos suerte. Al día siguiente (jueves) Isabel tuvo un sueño más continuo. Más aún, la producción de leche de Roxana se ha hecho abundante para el fin de semana. Algunos datos numéricos:

1. Cambios de pañal: seis diarios. Un buen dato para saber si la niña está recibiendo leche (al principio no se ve fácilmente) es que los pañales estén pesados. Para el fin de semana el peso de las deposiciones de Isabel está entre los 50 gr y 90 gr.

2. Deposiciones "solidas": El primer día en casa cambiamos un pañal con meconio. Luego de dos días sin ningún residuo sólido en el pañal, éste apareció para quedarse. Color casi dorado.

3. Frecuencia de las tomas: en las noches Isabel pasa entre dos horas a dos horas y media entre cada toma. En el día puede ser más frecuente.

Terminamos esta semana con un éxito incuestionable en materia de lactancia materna. Sin embargo, ahora nos plateamos nuevas metas.

1. Comenzar una rutina. Hasta ahora el énfasis estuvo en garantizar que la niña se esté alimentando bien y en suficiente cantidad. De eso estamos seguros. Sin embargo, esperamos los resultados de su primera revisión. Para esta segunda semana nos hemos planteado el comenzar a construir una rutina. Comenzar la educación de forma proactiva.

2. Cosas que no han funcionado. Desde el sábado en la tarde Isabel ha estado muy inquieta. A pesar de que ha dormido bien en la noche del sábado, durante el día le ha costado mucho dormir y está muy excitada. Sospecho que ha recibido demasiada estimulación durante el fin de semana, por lo que será muy difícil dormir hoy domingo (uff!). Hemos pensado que es necesario controlar un poco el ambiente que la rodea, haciéndolo más tranquilo, hasta encontrar el punto en que no se vea afectado su descanso (y el nuestro)

1 comentario:

Angel dijo...

Sin duda este echar p'alante será de tropiezos y descubrimientos diarios. Es como atender a un japonés en tu casa...tardarán en entenderse un rato, pero se inventan un código hasta que logran dominar el idioma por completo.
Indudablemente los amigos como yo trataremos de darte todos los consejos, para evitar que caigas en las "fallas" cometidas. Pero creo que como en la vida y con los padres de uno, no se sigue consejo sino que se busca experimentar en carne propia lo advertido.
Así, siguiendo lo dicho, un consejito pues: controlen un poquito el ambiente pero que no sea un mausoleo, también debe acostumbrarse a los ruidos de la casa.
Lo más interesante de todo, es que no te dejes engatusar...aquí los que aprendemos somos nosotros, y las que nos enseñan ellas, nuestras hijas